El chicozapote es un árbol que crece abundantemente en los bosques tropicales de Yucatán, Belice y norte de Guatemal, cuando su tronco es cortado en forma de "V", escurre una resina llamada látex, a partir de la cual se obtienen diversos productos, principalmente gomas y sus derivados. Del chicozapote se sabe también, que los antiguos mayas obtenían un producto masticable al que llamaban chicle.
Así, desde principios del siglo XX, todo el chicle que se masticaba se fabricaba a partir del látex, incluso se sabe que entre 1930 y 1940 el 95% de la producción de látex mexicano, se exportaba a Estados Unidos. Fortunadamente para nuestra ecología, a mediados del siglo pasado se crearon una serie de materiales sintéticos, es decir no naturales, como el "acetato de polivinilo" apartir del cual se inventó la famosa goma de mascar, nótese que no escribimos chicle.
Esta goma de mascar, es la que actualmente se mastica en todo el mundo y como sabes, existen diversas marcas, sabores, presentaciónes y colores. Para lograr ésta variedad, los productores usan diversos sabores, algunos incluso de origen natural como la popular menta y la hierbabuena.
Pero, lo más interesante es que estudios recientes han revelado que masticar esta famosa goma aumenta notablemente la actividad cerebral, especialemente la memoria y el aprendizaje reduce la ansiedad, mejora el estado de alerta, aumenta la concentración, reduce el estrés y desde luego, refresca el aliento.
Pero no todo es bueno, porque la goma de mascar puede ser un contaminante por cierto muy molesto, por ejemplo ¿Quién no ha pisado goma de mascar sobre la banqueta caliente?¿Quién no ha pegado su chicle, debajo de una banca escolar, mesa o una silla? Además resulta que ésta goma puede tardar hasta más de 4 años en reincorporarse a la naturaleza y... cuidado con la caries... pero también hay otras buenas noticias, y es que actualmente se desarrollan diversas investigaciones que pretenden crear una goma de mascar, que resulte deliciosa, biodegradable y nutritiva. Por lo que no dudamos que en un futuro próximo estaremos mascanso o incluso tragando unas buenas proteinas.
Por Edgardo
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Así, desde principios del siglo XX, todo el chicle que se masticaba se fabricaba a partir del látex, incluso se sabe que entre 1930 y 1940 el 95% de la producción de látex mexicano, se exportaba a Estados Unidos. Fortunadamente para nuestra ecología, a mediados del siglo pasado se crearon una serie de materiales sintéticos, es decir no naturales, como el "acetato de polivinilo" apartir del cual se inventó la famosa goma de mascar, nótese que no escribimos chicle.
Esta goma de mascar, es la que actualmente se mastica en todo el mundo y como sabes, existen diversas marcas, sabores, presentaciónes y colores. Para lograr ésta variedad, los productores usan diversos sabores, algunos incluso de origen natural como la popular menta y la hierbabuena.
Pero, lo más interesante es que estudios recientes han revelado que masticar esta famosa goma aumenta notablemente la actividad cerebral, especialemente la memoria y el aprendizaje reduce la ansiedad, mejora el estado de alerta, aumenta la concentración, reduce el estrés y desde luego, refresca el aliento.
Pero no todo es bueno, porque la goma de mascar puede ser un contaminante por cierto muy molesto, por ejemplo ¿Quién no ha pisado goma de mascar sobre la banqueta caliente?¿Quién no ha pegado su chicle, debajo de una banca escolar, mesa o una silla? Además resulta que ésta goma puede tardar hasta más de 4 años en reincorporarse a la naturaleza y... cuidado con la caries... pero también hay otras buenas noticias, y es que actualmente se desarrollan diversas investigaciones que pretenden crear una goma de mascar, que resulte deliciosa, biodegradable y nutritiva. Por lo que no dudamos que en un futuro próximo estaremos mascanso o incluso tragando unas buenas proteinas.
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